Félix
Bargados Díaz
Somos hijos de nuestros errores, así como de nuestras verdades. Sean estas de intelección propia, o de la comprensión transmitida de nuestros predecesores.
Los mundos
interiores propios que el hombre edifica a través del COMPRENDER,
conducen a modificar el mundo exterior de todos, a través del
DECIR y del HACER.
Los KATAS
modernos han sido re-diseñados a principios del S.XX, en un escenario marcado
por principios ornamentales y de adoración a esquematismos geométricos, de
dinámica atlética “in extremis”, azuzados por el “efecto espectador”.
Nota.- El kihon
y los kumite convencionales, son una prolongación de las mismas ideas.
En un terreno
nada próximo y muy distinto, el SHIAI-KUMITE, diseñado sobre 1.950 tomando como
base el jiyu-ippon-kumite (1.935), nace como producto de intercambios pugilísticos
occidentales, sobre principios del “tocar y no ser tocado”, al filo de la
navaja entre la distancia lejana y la propia del impacto (MA).
Pero así como coronarse
de brocados de oro no disimula el yerro; ni la belleza del KATA, ni la eficacia
del SHIAI pueden ocultar lo que nos falta: la forma de combate genuina (TEGUMI),
co-extensa con el kata fundacional, como reproducción exacta de un modelo de
combate en distancia “próxima” (TE-NO-TE). Donde la perfecta conexión de manos
pegajosas, posibilitó que todas las técnicas de los katas tuvieran un día, su hábitat
natural y su correcto desenvolvimiento en situaciones que les son propias:
golpes, empujones, tirones, agarres…con sentido de flujo continuo. Así es como posturas
de apariencia estrambótica en bunkai y que naufragan en shiai, son ahora
operativas; o lo que es más, tan singulares como exclusivas en ese contexto.
Así como tener
los pies bien puestos en el suelo, me hace consciente de que esos tesoros
ancestrales ya nunca tendrán aceptación popular; también mirar a las
“estrellas” me crea expectativas ¡de que sí! Sí puede renacer, en la privacidad
de algún experto, lejos de la estulticia de lo profano. Porque tan bien sabido
como aceptado es, que el karate tiene su amplio futuro deportivo bien trazado a
base de antorchas olímpicas, sustitutorias del fuego marcial que fue en su
momento de mayor gloria.
Siendo consciente
de la certeza de la ineluctable realidad ¿Qué me mueve a compartir los tesoros
perdidos del karate fundacional?
En cuanto al
hacer se refiere, mi satisfacción es el disfrute que algún estudiante
venidero obtenga de estos conocimientos. Porque los hombres compartimos
el conocimiento, no exactamente como una tarta se reparte, sino como la
alegría se reparte: cuanto más se reparte, más se tiene.
En cuanto al
DECIR ¿Qué debo decir tanto de la obliteración de los conocimientos originales,
como de las mixtificación del KATA moderno que muestra su doble cara de
incoherencia con el KUMITE?
Pues…así como
al hablar decimos lo que nos interesa decir, mientras silenciamos el resto,
quizá lo más. Hay cosas que se pueden decir sin decir, porque el silencio se
encarga del verdadero decir.
Así que por el
momento, sólo puedo decir sin decir que, quizá…nuestra gregaria sociedad que se
debate en el eterno dilema entre convicciones (ética) e intereses (política),
se desarrolla en base a que unas cosas se ELIJAN y otras se DESIGNEN.