EL DO DEL "KARATE-DO DE BISOÑOS".
Y no pueden elegir otra porque viven a lomos de los vientos del inexorable destino.
En cambio, el hombre casi siempre se diferencia de las demás cosas, en que a parte del destino, actúa también el esfuerzo humano de elegir e inventar, y su hermano asnal el de resistirse y forzar.
Los duendes son seres inventados, como los vampiros, los gremnlins, las tortugas ninja, los pollos karatekas y los preceptos de algún que otro Do de pega:
Los manufacturados DOJO KUN.
Y tales preceptos son forzada y resistida disciplina inventada que se nos ha subido a la cabeza en más de un sentido.
A saber que, disciplina es más que un producto interior bruto que intercambia el libre albedrío por el hacer las cosas como te lo manden, es vencer el error de no saber por donde ir, con su hermano cordero, el error de que te lleven de la mano.
Pues bien, puede que en la etapa de noviciado convenga un pequeño rodeo educacional por el derrotero de los HITOTSU (los auto-denominados importantes) con el acicate de la culpabilidad pisándole los talones y bajo el cisma señero de dominar el cuerpo con la voluntad de la mente. Todo ello para agarrarse a la seguridad autodestructiva de una disciplina.
Pero conectar con la naturalidad interior a través de imposiciones externas es como tratar de beber a través de las orejas. Y...a mi entender, como lenitivo por pura salud mental, hay que dar un paso atrás, desnudar las cosas con la poderosa mirada que las coge vergonzantes "in fraganti", y llamarlas por su nombre.
Bien sentado lo anterior, lo que siguen son recetas normativas sacadas de la manga de un mal menor, y no me parece correcto denominarlas DO. Como mucho, revelación tradicional de los Mandamientos de la Ley del DO. Expedidos a modo de recetas anti-síntomas, no anti-enfermedad. Que se dirigen a un hipotético tratamiento en vez de a la salud, bajo la delirante filosofía del "prozac para todos":
Formación de la personalidad.
Rectitud.
Esfuerzo y constancia.
Respeto a los demás.
Reprimir la violencia.
Cierto es que, estamos necesitados de un nido cultural e ideológico con las "mil caras que ofrecemos" para sobrevivir, pero el hombre natural no pone barreras al campo, y el buen caminante de la vida no deja huellas ni rastros de convencionalismos, ni los sigue.
Por tanto, afirmo que vivir es más bien como ir embriagados en un vertiginoso despertar a lomos de una golondrina que vuela libre, volviendo a la vez, una tierna mirada de alta intuición al interior y floreciendo cada nuevo día como la flor de loto que nace del barro inmaculada, sin enturbiarse nunca con él.
Y para rematar, no puedo evitar decir que, contra las aguas puras y cristalinas de aquello que no tiene forma; o sea, de la plena dicha del DO, está inmunizado todo aquel que viaje con un "Do" de contrabando en la maleta.
Como la límpida luna de cada anochecer, no intenta ser otra cosa que lo que es...no hay que cultivar virtudes como se cultivan las patatas en la huerta, a base de esfuerzos.
No hace falta.
No se forma la personalidad como se esculpe trabajosamente una estatua de piedra, desmochando partes del todo.
La ardua personalidad de altos vuelos que así se pretende formar, sólo puede ser falsa. El DO es más de volar bajo y andar a pie con lucidez intuitiva. De ser en vacía simplicidad, en atenta presencia ZEN, en armoniosa alianza con nuestra Bondad Natural y entregándonos totalmente a ella con infinita sencillez, en caída libre a un mundo distinto, el de "haz lo que quieras", que por cierto, es diferente de "haz lo que te apetezca".
NO es por la "fuerza mayor"del ser honesto como se hace uno con la rectitud.
ES el desinterés y la liberación al flujo vital, quien nos lleva en mansedumbre por el sendero que nunca se esfuerza en ser recto.
Unas veces equilibrando hacia la izquierda, otras a la derecha.
Incluso protegerse enrocado en un centro fijo sería antinatural.
El equilibrio central, siempre debería ser un equilibrio dinámico.
NO es el “auto-rebajamiento” lo que hace al humilde.
ES en inacción, con “comprensión radical” y “toma de conciencia” de los límites de uno mismo, como se recupera la raíz humilde en toda su brillantez.
Así la verdadera humildad no se sabe humilde.
Sólo se sabe humilde la falsa humildad.
El verdadero respeto es ingenuo y tampoco se sabe respetuoso.
Para armonizar y fluir con la naturaleza es preciso obedecerla e ir por la línea de menor resistencia, en espontaneidad y adaptabilidad, sin quedar atrapado por pensamientos ni emociones.
Abandonar toda resistencia.
Abandonar todo esfuerzo.
Abandonar toda lucha es el “DO”.
Puede que no se sea capaz de abandonar la personalidad cuyo nombre es "Mi Ego" y apellido "es el Mejor", ni de abandonar del todo la lucha. Pero que no se pueda alcanzar la perfección natural, no significa que debamos darle la espalda.
Avanzar ecuánimes hacia lo natural y dejar de luchar es el “DO”, porque a bien seguro que, lo que no dobla chasca.
Abandonar la lucha por el bien, por la justicia, por la paz, porque es absurdo apagar el fuego con fuego.
Y lo cierto es que...luchar por la paz es como realizar el acto sexual por la virginidad.
La pulpa más dulce y el pellejo mas amargo del asunto, los he desarrollado en:
EL “DO” SILENCIADO, la vida íntima del karate.
http://karatefelixbargados.blogspot.com.es/…/el-do-silencia…
Los manufacturados DOJO KUN.
Y tales preceptos son forzada y resistida disciplina inventada que se nos ha subido a la cabeza en más de un sentido.
A saber que, disciplina es más que un producto interior bruto que intercambia el libre albedrío por el hacer las cosas como te lo manden, es vencer el error de no saber por donde ir, con su hermano cordero, el error de que te lleven de la mano.
Pues bien, puede que en la etapa de noviciado convenga un pequeño rodeo educacional por el derrotero de los HITOTSU (los auto-denominados importantes) con el acicate de la culpabilidad pisándole los talones y bajo el cisma señero de dominar el cuerpo con la voluntad de la mente. Todo ello para agarrarse a la seguridad autodestructiva de una disciplina.
Pero conectar con la naturalidad interior a través de imposiciones externas es como tratar de beber a través de las orejas. Y...a mi entender, como lenitivo por pura salud mental, hay que dar un paso atrás, desnudar las cosas con la poderosa mirada que las coge vergonzantes "in fraganti", y llamarlas por su nombre.
Bien sentado lo anterior, lo que siguen son recetas normativas sacadas de la manga de un mal menor, y no me parece correcto denominarlas DO. Como mucho, revelación tradicional de los Mandamientos de la Ley del DO. Expedidos a modo de recetas anti-síntomas, no anti-enfermedad. Que se dirigen a un hipotético tratamiento en vez de a la salud, bajo la delirante filosofía del "prozac para todos":
Formación de la personalidad.
Rectitud.
Esfuerzo y constancia.
Respeto a los demás.
Reprimir la violencia.
Cierto es que, estamos necesitados de un nido cultural e ideológico con las "mil caras que ofrecemos" para sobrevivir, pero el hombre natural no pone barreras al campo, y el buen caminante de la vida no deja huellas ni rastros de convencionalismos, ni los sigue.
Por tanto, afirmo que vivir es más bien como ir embriagados en un vertiginoso despertar a lomos de una golondrina que vuela libre, volviendo a la vez, una tierna mirada de alta intuición al interior y floreciendo cada nuevo día como la flor de loto que nace del barro inmaculada, sin enturbiarse nunca con él.
Y para rematar, no puedo evitar decir que, contra las aguas puras y cristalinas de aquello que no tiene forma; o sea, de la plena dicha del DO, está inmunizado todo aquel que viaje con un "Do" de contrabando en la maleta.
EL “DO” PARA MENTES DESPIERTAS
Como la límpida luna de cada anochecer, no intenta ser otra cosa que lo que es...no hay que cultivar virtudes como se cultivan las patatas en la huerta, a base de esfuerzos.
No hace falta.
No se forma la personalidad como se esculpe trabajosamente una estatua de piedra, desmochando partes del todo.
La ardua personalidad de altos vuelos que así se pretende formar, sólo puede ser falsa. El DO es más de volar bajo y andar a pie con lucidez intuitiva. De ser en vacía simplicidad, en atenta presencia ZEN, en armoniosa alianza con nuestra Bondad Natural y entregándonos totalmente a ella con infinita sencillez, en caída libre a un mundo distinto, el de "haz lo que quieras", que por cierto, es diferente de "haz lo que te apetezca".
NO es por la "fuerza mayor"del ser honesto como se hace uno con la rectitud.
ES el desinterés y la liberación al flujo vital, quien nos lleva en mansedumbre por el sendero que nunca se esfuerza en ser recto.
Unas veces equilibrando hacia la izquierda, otras a la derecha.
Incluso protegerse enrocado en un centro fijo sería antinatural.
El equilibrio central, siempre debería ser un equilibrio dinámico.
NO es el “auto-rebajamiento” lo que hace al humilde.
ES en inacción, con “comprensión radical” y “toma de conciencia” de los límites de uno mismo, como se recupera la raíz humilde en toda su brillantez.
Así la verdadera humildad no se sabe humilde.
Sólo se sabe humilde la falsa humildad.
El verdadero respeto es ingenuo y tampoco se sabe respetuoso.
Para armonizar y fluir con la naturaleza es preciso obedecerla e ir por la línea de menor resistencia, en espontaneidad y adaptabilidad, sin quedar atrapado por pensamientos ni emociones.
Abandonar toda resistencia.
Abandonar todo esfuerzo.
Abandonar toda lucha es el “DO”.
Puede que no se sea capaz de abandonar la personalidad cuyo nombre es "Mi Ego" y apellido "es el Mejor", ni de abandonar del todo la lucha. Pero que no se pueda alcanzar la perfección natural, no significa que debamos darle la espalda.
Avanzar ecuánimes hacia lo natural y dejar de luchar es el “DO”, porque a bien seguro que, lo que no dobla chasca.
Abandonar la lucha por el bien, por la justicia, por la paz, porque es absurdo apagar el fuego con fuego.
Y lo cierto es que...luchar por la paz es como realizar el acto sexual por la virginidad.
La pulpa más dulce y el pellejo mas amargo del asunto, los he desarrollado en:
EL “DO” SILENCIADO, la vida íntima del karate.
http://karatefelixbargados.blogspot.com.es/…/el-do-silencia…
Artículo Original de Félix Bargados.
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