domingo, 29 de enero de 2017

EL "DO" SILENCIADO



EL "DO" SILENCIADO
La vida íntima del karate
“El espíritu del karate por antonomasia, necesita de un lugar donde vivir, tanto si es una mente clara o un corazón abierto” 

Y lo encuentra dentro del "DO".
Por eso, no se dice KARATE sino KARATE-DO
Y tal DO, es la fascinante filosofía del KARATE y la profundidad del mismo.
Un principio delicioso de verdadera sabiduría sobre el corazón de la vida.
Una manera de conducirse en las experiencias vertiginosas del KARATE.
El estilo de vida que propone el KARATE como forma de inter-actuar.
                                       
DO se traduce por "GRAN CAMINO".

Pero decir "gran camino" es peor que no decir nada, porque podría mal-informarnos debido a un mal-entendimiento, o en el mejor de los casos mantenernos tan desinformados como al principio. Y la verdad, no hay ser humano que pueda asimilar tanta desinformación sobre el tema.

Tanta desinformación no es porque no se diga nada, sino por la problemática de las palabras. Problema que se refiere a que aunque estemos pensando la misma palabra, no significa que estemos pensando la misma idea.

En tal sentido y refiriéndonos al término "camino", me parece que hay por lo menos, tres acepciones sobre el mismo:

El "camino" pedestre que da soporte a los pies para caminar.

El "camino" doctrinal especulativo, que cifra su atención al "pensamiento único" derivado de la estupidización por la "moral de rebaño" y del "ser de redil".

El "CAMINO" existencial, que ha sido silenciado por los intereses del gregarismo doctrinal. Este camino para mentes despiertas, resulta ser un potencial maravilloso, que se va construyendo en intuición pura, al caminar en deriva natural dentro de la pura vacuidad, y que representa el mundo profundo visto con ojos sensibles y escuchado con sabores sutiles.
Bien...
El término "Do" ha sido y es frecuentemente interpretado como el "camino doctrinal" que nos conduce a ser un artista marcial superior. Un hombre superior más feliz que una perdiz gracias al agarradero doctrinal lleno de valores que aspiran a ser la pera limonera:

PERFECCION constante.

ESFUERZO y valoración de lo difícil de alcanzar.

ELECCION de lo bueno ante lo malo.

IDENTIFICARSE con lo que se cree bueno.

RECTITUD MORAL firme del bien contra el mal.

Querer PROGRESAR rápido.

Necesidad de AYUDAR a los demás.

Actuar con HUMILDAD.

REPRIMIR la violencia.

Etc…

Ante tal panorama para pasmarse, opino lo mismo que dijo el doctor a un accidentado...: "no me gusta nada...".

Y a mi tampoco me gusta porque tanta humareda normativa apesta a feo.

Bien es verdad, que donde hay humo hay fuego, pero también puede haber un montón de estiércol reciente.

Si damos por sentado el segundo paradigma, habrá más preguntas que respuestas. Pero trataré sólo la pregunta típica de los niños pequeños. La que dice: ¿porque?

Y tiene gracia que su respuesta dará pie al precioso momento entre el engaño y el momento en que se descubre el engaño.

Pues ahí va:

Las normas son cosas. No como las sillas, pero son cosas.

Los pensamientos son cosas.

Y los debería también...

Pero el DO...El DO no es una cosa.
Es sólo un curso de acción sutil.
No es una posición.
Es un equilibrio dinámico.
Es el curso fluyente del mundo en equilibrio dinámico, dentro y fuera de nuestro cuerpo.
La realidad última y silenciada que esta por debajo de todas las cosas.
El DO no es algo que uno pueda hacerse con él y usarlo como el que usa un martillo.

Ese tipo de "Do" trasnochado por la necedad del "esto esta bien, esto está mal", es el opio de los bobos bajo coacción acrítica de la tradición, que como un gallo se apoya sobre la pata del "bien del cielo" y esconde la del "mal del infierno", pero no hace más que correr un es-tupido velo sobre el funcionamiento de la realidad que siempre va sobre dos patas opuestas.
Es un pseudo-Do cargado de artificios concienzudos QUE ENGAÑAN sin llegar a MENTIR.

Es un pseudo-Do que nos encasqueta formulismos exiguos, grotescos y yuguladores, frente a una realidad inabarcable e inalcanzable que sólo podría alumbrar una mente vacía y libre de opuestos.
De hecho, cuando el hombre incorrecto, hace lo correcto se torna incorrecto.

Es un pseudo-DO que RECHAZA una parte del mundo y ACEPTA la otra.

El DO silenciado por lo superficial, pero que brilla en la sombra en todo su esplendor, es otro cantar que prefiriendo lo conveniente a lo inconveniente acepta ambos con alegría y agradecimiento por el aprendizaje que supone tanto uno como otro, porque en realidad no se puede decir honroso sin deshonroso. Lo que supone que bajo esta óptica, la fealdad ya no es lo contrario de la belleza, sino su otra cara. Y por tanto, hay que tomar las cosas como son, no existen otras; y a las personas como son, tampoco existen otras.

El espíritu DO, siendo de horizontes grandiosos y abiertos, aconseja hacer lo que haya que hacer, no porque SE DEBA, ni siquiera porque SE QUIERA, sino porque ES IRRESISTIBLE. Y entonces, lo que es bueno...es bueno porque hay que hacerlo. ¡no hay que hacerlo porque sea bueno!

Buena bondad es hacer sin interferir en nuestra naturaleza, espontanea y sin imponer, abandonados a una levedad y una pasividad rayana con lo inexistente que denominamos "mística femenina". Aceptando sin titubeos y sin luchar, sin imponer y sin resistirse. Sin dejar rastros de camino para que nadie lo siga, porque lo que le va bien a uno le va mal a otro.
Un tiburón huele la sangre a 15 km; un hombre es distinto, puede hacer lo mismo pero con los churros.
Nadie exigiría a un karateka manco de los dos brazos hacer puñetazos, ni a uno cojo hacer patadas porque sea la norma del karate, sometiéndose a las normas como si fuese magia obligada. Aunque si lo prefiere, puede seguir confiando en la pata de conejo, pero recuerde que al conejo no le sirvió.

Cada uno debe crear su propio camino, liberado de la enfermedad de los contrastes superficiales que camuflan el aroma del DO, que es el telón de fondo de todo lo antedicho.

Los vampiros son seres inventados, como los duendes, los gremnlins y las normativas artificiales y limitantes creadas por Moisés el bíblico, para controlar cabestros, que hallaron asiento a tenor de los caprichosos Mandamientos que nadie, que se sepa, pudo cumplir. Y a partir de ese vetusto marco en sepia, nos hemos hecho eco de todo un vendaval de doctrinas a modo del "super-yo de Freud", lleno de imperativos, preceptos y normas que provienen de la sociedad y la religión, que censura los actos innobles y aprueba los nobles, dejando al yo en la tirantez de un campo de batalla patológico.

Mis más atónitos respetos a los condicionantes que en el caso del karate, han cristalizado en los Dojo-kun, desde que Sakugawa ha dado el “do de pecho” con sus mandamientos del dojo, que todos conocemos, hasta uno de los últimos, propuesto por el actor Hollywoodiense, Chuk Norris.

A mí no me valen porque me demuestran ser las semillas de un craso error, montado en la miope inercia de la perdida del sabor del DO genuino que se ha transformado en una sospechosa caricatura normativa, moralista e impostora, a mi entender, inventada para mojigatos sometidos a las camisas de fuerza sumisas y corderiles de quien padece la ceguera empedernida por no ver la realidad intima del SER del mundo. De los que se expresan en cabezas ajenas, estupidizados por tabúes, credos, estandarizaciones que en vez de defender un KARATE real y natural, lo que defienden es una bobada dogmática que le sobra mucho más de un hervor.

Se sigue de todo ello que…
“contra lo natural, está inmunizado todo aquel que viaje con un Do de contrabando en la maleta”.

Pero...
cualquiera con menos inocencia de lo habitual, se dará perfecta cuenta de que seguir el DO perenne es otra cosa.

Es otra cosa que no es posible entender con facilidad. Y el hombre siempre niega todo aquello que no puede entender. Ya lo dice un proverbio Neandertal: "destruye todo lo que no entiendas". Pues el DO, tan sutil es que, señalarlo es como señalar el dedo con el dedo, y al ser inatrapable en palabras, no se puede "conocer", sólo se podría "ser", porque no se trata de cantidad de cosas a conocer, sino de un "salto cualitativo".

Sin embargo, haré un sutil esfuerzo de abstracción por señalar en su mente, una idea sabia y hermosa que está en mi mente. Por apuntar en su corazón un sentimiento de vibrante vida que está en mi corazón. Y que muchos nos acerquemos a lo que pocos saben.

El karateka que abraza el DO original se MOLDEA A SI MISMO. Abandona todas las "seguridades" y se zambulle, liberado y agudizado en el siguiente espacio de calma:

VALORA LO FACIL, que surge sencillo por natural y fluido.

ACEPTA TANTO EL BIEN COMO EL MAL, como cosas naturales del mundo.

NO SE IDENTIFICA con estilos, tendencias, modas…con nada.

Es como una estatua SIN TALLAR.

Es A-MORAL, porque sabe que a menudo, lo bueno es malo y lo malo bueno.

NO desea PROGRESAR RAPIDO, se mantiene feliz a cada paso que da como si fuese una meta en sí misma.

NO tiene la OBLIGACION moral de AYUDAR a nadie, porque a menudo los males empeoran con los remedios y a veces ayudar es más pernicioso que dejar las cosas como están.

Y…la VERDADERA HUMILDAD no se sabe humildad. Quien actúa virtuosamente de manera natural y espontánea, no sabe que lo está haciendo. En resumen, dime de lo que presumes, dime la conducta que exageras y te diré de lo que careces.
Sentir el DO nunca nos deja inmunes, porque no es de cabeza. Es algo vívido como una silenciosa melodía transformacional que hay que saborear.

Con esto quiero llegar a que, existe un lugar palpitando en silencio dentro de nosotros, que trasciende el pensamiento enrocado de normas, imposiciones, auto-imposiciones, deberes, opiniones, conocimientos acumulativos...Y para liberarnos a esa experiencial esencia, eterna, desinteresada, divertida, tierna, hay que silenciar el interior.

Y es entonces, cuando se descubre algo enriquecedor que está más allá de lo visible.
EN SILENCIO.

Más allá del bien y del mal.
Más allá de lo correcto e incorrecto.
Más allá de lo bonito y de lo feo.
En un lugar neutral, y muy NATURAL se encuentra el DO.

ARTIFICIAL frente a NATURAL

El DO desconoce lo artificioso.
El DO desconoce las creencias.
El DO desconoce la razón.
El DO es la no interferencia de constructos mentales en lo natural.
Por ejemplo, un caballo es natural, una silla de montar es un constructo.

El DO es el vértigo fluyente de una hoja al viento.
El DO es como el agua que fluye por el valle.
El DO es aquello alrededor de lo cual, las cosas no pueden dejar de variar.
El DO es sintonía con lo NATURAL.

Es la inacción que nunca deja nada por hacer.
Es lo que mira por los ojos.
Es lo que inspira lo que pensamos.
Es lo que inicia cuando nos movemos.
Es lo que funciona por si mismo.

Confiar en lo que ocurre por si mismo, es el DO.

Permitir que nuestra intuición interior haga las elecciones, en vez de nuestros deseos, es el DO.
Evitar lo excesivo y lo demasiado poco, haciendo las cosas un poco menos del máximo, es el DO.
Seguir el juego de la vida sin reaccionar en lucha y huida, sino con la benevolencia de la naturaleza, en armonía espontánea es el DO.
Mirar las cosas a la luz del cielo, es decir, de manera relativa, es el DO.
Seguir los cursos de acción sin esforzarse, sino rodeando, cediendo y continuando, es el DO.
Navegar al favor del viento, cortar la madera por la veta y seguir la corriente de todas las cosas es el DO.
No socavar la importancia de cualquier punto intermedio, por tomar objetivos vitales como si de destinos a los que hay que llegar se tratase, es el DO.

Eso es en la senda del DO, lo demás son cuentos del "homo dogmáticus" para doblegar al cuerpo a través de la mente.

Pero... como la mente y el cuerpo duermen en la misma cama...
el DO es el camino natural de la influencia psico-física.

Por ello, si no actúas como piensas, acabaras pensando como actúas.
A saber que, pagando el bien con el bien y el mal con el bien se obtiene bondad interior
A saber que, con sinceridad ante sinceridad e insinceridad se obtiene sinceridad.
A saber que, con tranquilidad ante tranquilidad e intranquilidad se obtiene tranquilidad.
A saber que, con armonía ante armonía y desarmonía se obtiene armonía.
Y así con todo…
Nunca se agota sino que nutre. Lo que se da es lo que se consigue.
No es como los trozos de una tarta se reparten, que cuantos más se dan menos se tiene.
Es un VACIO del que todo surge espontaneo y se llena con lo que da.
Es un VACIO que nunca llega a estar colmado.
Si damos la hora a alguien no nos quedamos sin ella y argumentaremos. Lo siento, lo siento...no le puedo dar la hora porque ya se la he dado a aquel señor de allí.

Y...hablando del vacío del DO, no puedo obviar el término KARA.

KARA.

Ese punto neutro es como un "vacío" para ser llenado durante el caminar.
El término "vacío" se dice "KARA". Y es el "KARA" de "KARA"TE-DO.

"Vacío" no es nada del otro jueves, lo tenemos más cerca que nuestras narices e incluso más cerca que nuestra próxima respiración. Pero aún así hay que explicarlo:

A lo largo de nuestra vida hemos pasado por las etapas vitales, infancia, adolescencia...cambiado de manera de pensar y de sentir.
Pero, hay una presencia primitiva en atención plena dentro cada uno de nosotros que nunca muere, que ha permanecido en discreto encanto, siempre inmutable, informe, indiferenciada, es una no-cosa atemporal, silente, vigilante, "libre de condicionamientos".
Una conciencia pura "libre de identificaciones y proyecciones".
Un lugar puro, libre y ligero.
Es un punto cero, el vacío primordial del que nacen los pensamientos y las acciones naturales. Si estamos cargados de opiniones, nada nuevo surgirá. Hay que dejar que la mente se aclare, como la superficie del agua, para verlo todo reflejado en su superficie.
Si podemos observar los pensamientos es que hay un observador.
Por tanto, el autoconocimiento no existe, el conocedor y lo conocido desaparecen en ese observador vacío, que parece ser una conciencia pura sin forma ni sustancia, un vacío que no es precisamente ausencia de algo sino presencia de infinito. Un vacío cuántico del que surge todo, y que sólo podemos observar cuando silenciamos durante un momento la centrifugadora cerebral.

De modo que la técnica para conectar con el DO y seguir su gran camino, el camino de nuestra naturaleza íntima, es conectar con el vacío unificador como una fuente saturada de inagotables posibilidades que fluyen en continuo cambio.
¡Atención! y es bueno saber estas cosas, porque así como uno no puede estar nunca fuera del DO, lo suyo es ser consciente del mismo. Y lo haremos desde un asiento de primera fila.

Observación DE nuestra verdadera naturaleza.
OKUDEN (secreto revelado) nº 1.-
Para ello es preciso poner bozal al ego y saborear la experiencia pura y dichosa, contemplando vívidamente el espacio vacío que hay entre pensamiento y pensamiento, alerta al nacimiento del próximo pensamiento como un gato espera la salida del ratón de su ratonera (mokuzo). De este modo despertamos a la conciencia pura del DO, restauramos el equilibrio natural, al estar más cerca de nuestra naturaleza, y sin quererlo siquiera, a través de esta vigilia radical, se entrará en un estado más sosegado con actitud corporal más relajada y mente más aguda, aunque no fuera eso la intención; actuando como un bálsamo saludable. Y esto es así porque del vacío surge el orden. Y parece ser que, cuanto más cerca nos encontremos de él, más orden sentiremos.

Observación DESDE nuestra verdadera naturaleza.
OKUDEN nº 2- 
Fijar un mantra, que puede ser una palabra, o una técnica cualquiera. Y observar, sólo observar. Aunque lo mejor es surfear los movimientos del oponente, con plácida amabilidad, durante la praxis del TEGUMI. Esto no es más que situarse dentro de la conciencia pura del DO, que no es una no-nada y una no-cosa. Pero que sea una no-nada y una no-cosa, no significa que carezca de valor e importancia. De hecho posee la máxima importancia y valor porque parece ser algo inconmensurable que siempre espera resonando en silencio para convertirse en energía y forma.

Parece ser que en los niveles groseros del mundo, rodeado de pensamientos, sentimientos, mesas, sillas, etc...hay poca energía y se puede comprobar quemando una mesa. Mientras que en los niveles más sutiles, de átomos, de conciencia, vacío cuántico, etc...hay mucha energía potencial dispuesta a ser liberada y se puede comprobar liberando la energía de un átomo.

Por tanto, parece ser que, el origen del pensamiento es el vacío "KARA", del que parte el orden absoluto que conduce a la armonía de la no-resistencia con el oponente o no-oponente; y la energía (KI), que es la energía vital y también la fuerza que se expresa en los movimientos, aunque refinada hasta sentirse como el agua del mar o el viento.

Pues bien, dicen los que saben mas que yo que, a cada pensamiento le acompaña una onda vibratoria, que se puede entender como sentimiento, que se torna más adulterada, debilitada, a menudo perjudicial y a veces abominable, a medida que se aleja del vacío del que procede, a causa de la interferencia y desequilibrio que procede de interactuar con otras ondas de pensamiento-sentimiento, desordenadas por estar lejos del "vacío", con las que se encuentra e interactúa. Como las olas del mar que se encuentran con otras ondas contrarias, y así se debilitan o mutan desordenadamente. Por eso, permaneciendo en el nivel grosero de la mente", el "Dojo-kun" es al EGO como agua para chocolate, actuando a modo de receta, y alejándonos del DO más que el diablo del agua bendita.
                                       
Y como no me parece apropiado profundizar más en el tema relacionado con KARA, seguiré explicando la relación que guarda el término TE con el DO, para no arriesgarme más en cansar a nadie.

TE.

En el amanecer de los tiempos, desde la entrada en escena del "homo hábilis", la tarea subalterna de estar de pie, ha liberado las manos, y estas han conducido al despertar de la máxima expresión sensible del hombre.
Y es cuando descubrimos el TE. No me refiero al que toman los ingleses a "la hora del té", es el TE que se expresa desde la simplicidad del "vacío" del DO.
es el TE de KARA"TE"-DO.
"Mano" (TE) es una alegoría de la expresión más profunda e íntima del hombre, la potencia de lo que puede llegar a ser y expresar.

Sea entendido de una vez por todas que, mientras "SER ALGO" ES SER LIMITADO, ser como un vacío es no tener límites. Y el karateka que vive en el DO, es silencioso como la arcilla sin moldear, de posibilidades amplias que no se identifica con maneras de ser, sino que permite eclosionar todo lo que él mismo puede llegar a ser. Sin esforzarse por ser distinto, sino aliándose con el destino. Encontrando el primaveral patrón interior para seguirlo.
Un arbusto no debería interferir pretendiendo ser un árbol, porque sería un mal árbol. Un arbusto sólo podría pretender ser un BUEN arbusto, y la excelencia para él, sería desarrollarse como buen arbusto.
Cuando un niño danza bajo la mirada de un examinador, el forzar para hacerlo perfecto hará que se muestre ansioso, tenso y artificial. Mientras que si, siendo lo que es, danza natural e ingenuo sin que nadie lo mire, su danza será integra y auténtica.

Eso es lo que significa expresar la propia potencialidad (TE). Por tanto, hay que aguzar la sensibilidad e intuición hasta alcanzar nuestro manantial de vida más genuino y vivir expresándonos concordante a él. Y esa expresión sin esfuerzo, en la senda de la propia potencialidad es lo que se conoce como "mano", en el sentido metafórico de que la mano es la expresión sin obstáculos más intima de nuestro interior.
El DO está en todo, pero no todo es el DO.
Hasta donde yo se, las manufacturas de la mente, las metas, los debería, la necesidad de aprobación, la competitividad, el engaño, el victimismo, la culpa, la preocupación, el resentimiento, no aceptación de áreas del mundo, el perfeccionismo y cuantas cosas no siguen el curso cándido y puro de la naturaleza, no son el DO y no enriquecen al hombre ni pertenecen a la magnificencia del KARATE.

Ahora bien, dicho todo esto, cabe preguntarse:

¿como vive el hombre del DO la práctica del KARATE-DO?
A mi entender y a mi explicar...en un universo líquido, consciente de que la técnica que se puede cristalizar no es la verdadera técnica.

Cristalizado es el origen del KATA y BUNKAI.
Sin cristalizar es el origen del TEGUMI y de la FORMA SIN FORMA.
La técnica sin cristalizar es lo práctico, la transición vacía entre técnicas, que es lo útil.
El karateka del DO, usa el kata y su explicación práctica como un clínex de usar y tirar.
Lleno de deseos por ganar o no perder se llega a las apariencias.
Libre de deseos se encuentran los misterios del "flujo".

El hombre-verdad del DO fluye en un dialogo de gentiles, con armonía sin forzamientos (JU-NO-RI).
Como el agua. Sin forma pero adaptable. Suave pero infatigable. Claro y tranquilo. Ocupando los lugares más bajos para llegar a lo más alto.
Hace sin hacer, en "momentum" espontáneo (HEN-O), y así nada queda por hacer.
El flujo es agente y paciente (hace y se deja hacer).
Es vacío fecundo del que manan todos los movimientos dentro de un margen de bienestar.
Es a la vez receptáculo que se adapta a todo movimiento adverso.
Se comporta noble, como el agua disolviendo terrones de azúcar.
Es silencio suave y pacífico.
El hombre que vive en el DO universal es como el espíritu del valle, cultivando su capacidad receptora y su humilde actitud de ceder con amabilidad.
Pero...cuando devuelve la energía sabe que, más vale detenerse en equilibrio y cambiar antes que excederse, porque todo exceso se transforma en su opuesto, y así es como frecuentemente ríe el exceso de la tristeza, llora el exceso de la alegría.
La competencia, la lucha; pensar en defenderse o atacar, ciega al hombre.
Actuar con espíritu bonachón ilumina al hombre. Abandonado como una rama responde al viento.

El karateka del DO se deleita en la vigilancia penetrante, sereno como un lago profundo, mientras permite que las cosas ocurran espontáneamente a su alrededor, inhibiendo la voluntad de imponer las cosas. Porque sabe que, los actos de voluntad son limitantes. Cuando se escoge algo se excluye todo lo demás, igual que cuando alguien contrae matrimonio con una mujer renuncia a todas las demás.
El karateka de DO enraíza los pies en la TIERRA como una esponja que absorbe sin esfuerzo ese vigor cálido y nutriente. Aligera la cabeza, sencillamente suspendido como si flotase en el cielo y en cada exhalación baja la tensión como colgando de nuevo a la tierra. Todo movimiento florece en descanso, como un suave oleaje que atraviesa el cuerpo, mientras la cadera y su centro, dan sentido al movimiento.
Favorece alcanzar el DO centrarse en el eje central, desnudo de apegos de defensa o ataque.
Encarnar el eje central es lo más parecido al DO, dentro del cuerpo.

Y ante la ineludible ley natural del CAMBIO, es preciso adaptarse en EQUILIBRIO DINAMICO, haciendo SIN-HACER y en estado de NO-MENTE (MUSHIN). O sea, hay mente pero no es la mente de los "mapas mentales" sino la de los "territorios". Sobre el eje central es sobre el que gira todo cambio, es invisible, intangible, inescrutable, inmaterial...EL SILENCIO DEL VACIO.
Piénsalo y no hallarás su rostro ni su dorso.
Saborealo y podrás conocer el insondable misterio.

Una vez explicado el KARATE y el KARATEKA del DO, otra pregunta no puede faltar:

¿Cómo identificar lo que no es el DO?
Muy fácil.
Desde que el mundo es mundo, poseemos una alarma natural: los sentimientos.
Sentirse mal es no seguir el DO.
Sentirse bien si.
Bien se siente quien observa en calma serena su interior, y amplia los espacios abiertos en la mente. Recreando en el insondable interior, el éxtasis de la más completa vacuidad, la más sagrada calma serena, en callado silencio con la claridad espiritual de un tierno niño recién nacido.
Bien se siente quien actúa en la práctica gozosa del karate en un universo líquido, como parece ser la ley profunda y oculta del mundo, en la actitud bienhechora con auténtica pureza, y siempre en descanso, relajando constantemente el cuerpo en todo lo que estemos haciendo…en armonía con lo que nos rodea.
Haciendo sin hacer.
Así entendido. el karateka del DO, se desplega con sencillez en los confines de una mente cristalina no limitada por nada, como el agua que lo refleja todo y no atrapa nada.
Fresco y espontáneo, receptivo a adaptarse a todo como la superficie del agua responde al toque de un dedo.
Alerta y muy agudo a todos los pequeños detalles.
En mansa espontaneidad de respuesta.
Sin preferencias sobre lo que la vida le presenta; 
porque lo que se presenta es una lección,
y siempre algo positivo va en ella.
En permanente alerta a los pequeños detalles,
evitando caer en la rutina.
Imparcial, considerando bueno a lo bueno, 
y bueno también a lo malo.
No deseando demasiadas cosas.
El karateka del DO, 
escruta en silencio los abismos de la tierra (desgracias) 
y levanta la mirada al cielo (expectativas) 
con la misma paz infinita e imperturbable calma.
Artículo Original de Félix Bargados.

miércoles, 4 de enero de 2017

Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.


NUNCA ES TRISTE LA VERDAD, 
LO QUE NO TIENE ES REMEDIO 
 Texto: Félix Bargados

La gente sólo sabe lo que se les cuenta.
Y las personas también.

Lo que nos cuentan es más creíble que lo que nosotros podemos llegar a pensar.
En parte porque pensar cuesta trabajo y creer lo que nos dicen no.
El cerebro, en principio, cree todo lo que se le presenta. 
Es después cuando puede dejarlo como está o analizar su validez.
Si yo digo elefante rosa, su mente, en principio, pensará en un elefante rosa.
Sólo inmediatamente después podrá realizar la labor de adoptar la posición de que no existe.
Pero hay un problema, esa labor lleva un trabajo mental.
Por eso no siempre se hace. 

Y por eso "el mundo está lleno de elefantes rosa".

Y, los "elefantes rosa" que, por cualquier motivo, han sido muy aceptados por una mayoría o peor aún, por los que saben, si además llevan una "marca publicitaria", nadie se molestará en ponerlos en duda. En parte para no tener que llevar a cabo el arduo trabajo de pensar. Es así como he llegado a la conclusión que parece una triste verdad... que 

“nadie gusta de valorar las cosas que no lleven una etiqueta”

Así a bote pronto, a quien su miopía sólo le deja ver en el karate, la libre circulación de hostias como panes y el repartir como molinos, podría pensar que, esa afirmación nada tiene que ver con el karate.
Pero yo diría que si. Quien tiene vista más aguda, diría que no tiene mucho, sino todo que ver, por lo menos con lo que pretendo sugerir que será un tanto arduo difícil, pero allá voy.

Parece irresistible valorar sólo las cosas, y el karate por lo que le toca, que lleven el marchamo de un estilo reconocido. Y en sentido contrario, no valorar lo que no las lleve. 
¿Hay algo de malo en ese gregarismo con efecto arrastre? Pues no pero si, porque en realidad, no engañamos a nadie que no sea a nosotros mismos.  Pero...¿que peor cosa que, sentir el escalofrío interior del ego pegado a una  larga napia, trabajando como un fantasma en contra nuestra?


Tal autoengaño es una impostura que no goza de remedio, en parte porque nos sentimos cómodos y sobreprotegidos, mientras seamos cebados por el “criterio social consensuado”, haciendo pasto de cualquier costumbrismo, tanto sea de envergadura como de pandereta. Que más da...
Que...no tiene remedio...

Y mientras nos permitamos ser cautivos del señorío del “criterio de autoridad” y el "ipse dixit" (él lo dijo), que tiende a hacernos proclives a exaltar una obra, sólo por quién lo haya dicho (efecto halo), mientras que "LO QUE ES", siempre se va de vacaciones permanentes...
No tendrá remedio...

Y me parece que por eso, es por lo que en muchos ámbitos, sino en todos, nos gusta ser del triste rebaño bajo rediles de LEALTAD, antes que tirar de neuronas. Triste...pero así es como llegamos a tener LEALTADES, antes de tener ADMIRACION. 
Y así es como no tiene remedio...

Y es cosa muy triste, puesto que lo suyo sería ser consciente de que, más obran ADMIRACIONES que LEALTADES, porque la LEALTAD nunca obra lo que indica. Apunta sí... pero solo para idolatrar. Y en sentido contrario, no hay verdadero interés en investigar sin una mínima y especial ADMIRACION.
A saber que:
LEALTAD es la triste entrega absoluta, desiderativa y comprometida más que racional.
ADMIRACION es por el contrario, la valoración por las cualidades, por lo que se puede reconocer de valioso y alcanzarlo por el esfuerzo. Por lo que vale.

Tan inexorable como irremediable me parece lo antedicho, que así es como me encuentro pasmado, con los brazos pegados al cuerpo, retrocediendo cautelosamentamente y controlando con la mirada fija, el ataque de la "crisis de sentido" que gravita por doquier, donde…mucho de todo es compromiso; poco de todo es entusiasmo.

No hay remedio...
Así son las cosas y así se las cuento, felizmente bajo el paraguas imperturbable del que no le mueve ningún ansia de influir en cambiar nada, ni ninguna quisquillosidad, sino el amor al ARTE.
Tampoco pretendo vender la triste imagen de un TRISTE MUNDO MARCIAL que antepone lealtades a estimaciones, y como consecuencia, lo normal sería CREER en costumbrismos para no tener que forzar en COMPRENDER. Y entonces la triste verdad sería que, CREER, nos afectaría tan nocivamente que, podría actuar como un duro cemento que podría terminar por SECAR LA CABEZA.

Si, ha oído bien, es cierto que digo eso, pero no sólo eso.

No, me niego nunca la verdad es triste, lo que no tiene es remedio.

Y lo digo porque, según la filosofía china del Yin y del Yang, y como todas las cosas caminan en ambas direcciones, la tristeza de la verdad se ausenta en la dirección hacia la “LEALTAD” (desiderativa) que he mencionado en los criterios anteriores. Entonces echemos un ojo en el otro sentido que no es triste, hacia la “ADMIRACION” (que motiva el cuestionar, pensar, experimentar, investigar).

Y para comenzar por caminos menos tristes y congelados, se me ocurre romper el hielo afirmando que, no hace falta dar la vuelta al mundo para admirarse de que el cielo es azul en todas partes.

 

Al igual que yo me admiro con alegría del cielo azul que veo en España, y un chino también del cielo azul desde China, se podrá entender algo tan perogrullesco que me trajo de cabeza durante algún tiempo y es de lo que hablaré aquí:

Siempre me resultó sorprendente, por su recurrencia en la historia de las artes marciales, la antorcha de ciertos “buscadores de la verdad” de distintos lugares y sin contacto entre sí, ha aterrizado en conclusiones similares sobre el altar de los PRINCIPIOS TÉCNICOS UNIVERSALES.

Aunque íntimo y personal y a falta de alguien mejor que nos lo explique, abriré la ventana hacia el jardín secreto de un tipo de pensamiento en la investigación de artes marciales,
que para mí ha sido una verdadera alegría.

Aventaré hasta donde yo se, con la mayor sencillez que me permite la complejidad de tan humilde como profundo tema, y de paso, si sirve para dar a conocer la llave maestra de la puerta del templo de ciertos misterios del karate, y sus –OKUDEN- (secretos) me sentiré complacido.
Y será una alegría.

Porque hemos de saber, y si no se sabe ya lo digo yo, que esos misterios no se enseñan, se descubren.

No se regalan, se conquistan.

Se consiguen con el motor da la admiración y después, solo después, debería, a mí entender, ser puesta en el pedestal de la lealtad. Y no al revés, o peor aún, sólo lealtad.

Y esta conquista azuzada por la sabiduría del “a grandes males, grandes remedios”, se logra gracias a la simple LOGICA NATURAL. Un tipo de visualización coherente, propia de cualquier persona "de a pie", que por extensión se aplica al estudiante de karate, y a mi entender, puede ser denominada con toda propiedad “PENSAMIENTO TÉCNICO ADECUADO”.
Y es una alegría saberlo.
   

No deseo darme postín ni ser más que nadie por contar estas cosas. Por eso, escuchazme NO A MÍ, sino A LA LÓGICA del buen comprender y aprender, hasta donde mi estimación al arte y mis limitados conocimientos me han llevado.
Será un camino con final feliz.

Un camino hacia el modo de pensar que he seguido, después de estar muy, muy seguro de no estar seguro de nada.

Hemos llegado al punto interesante y profundo, al claustro de “UNA VERDAD” que aunque suele confortar a los perturbados, sobre todo, perturba a los acomodados. Por eso, los profesores acomodados mejor abandonen en este punto la lectura. Y los profanos también, porque lo que sigue, exige la admiración ANTEPUESTA a la lealtad, que requiere pensar por uno mismo, cuestionar, experimentar e investigar. Para lo cual, es necesario comprender el correcto modo de proceder. El “pensamiento técnico correcto”. Y…¡ay amigo! eso es otro cantar.

                                                         
Primer forma de pensar:
ESPEJISMOS DE LA REALIDAD

   

A veces, el desierto es un espejismo del oasis.
En la mente, casi siempre hay desiertos que son espejismos del oasis.

Casi siempre las cosas no pasan por lo que son, sino por lo que parecen.
Y lo que parece...engaña.

El engaño es superficial y por eso topamos pronto con él los que lo somos.

Por el contrario, las verdades viven retiradas en el interior de las cosas.

En ese sentido, y como se que siendo lo más pedestre y proverbial posible acierto en la diana del hombre ordinario, ahí voy...

Cualquier cancamusa que los ojos capten, está por encima de la superficie, en vez de en la profundidad. Y el pensamiento que deviene de eso, no es un “pensamiento técnico adecuado”, sino el de "creo lo que veo" y hago como el mono: el mono ve, el mono hace.

Típico pensamiento que encaja con la realidad externa de un técnica aparentemente bien hecha.

En definitiva, se trata de que coincide pensamiento con realidad.

O sea, MI pensamiento con la realidad que veo.

Pero cada persona adapta la etiqueta de prejuicio que mejor se adapta al comodismo de sus deseos (heurística afectiva). Por eso lo que ven los ojos, y obrar guiado por el yugo de lo que se ve no parece ser un matrimonio bien avenido.

A esto se añade lo que nos cuentan otros, que no es más que lo imaginan ellos sobre lo que ven, lo que al final se traduce en lo que imaginamos nosotros pero elevado al cubo.

Pero la cosa se desborda cuando tal prejuicio, es adoptado por un excelso maestro. En tal caso, se le suele colocar el marchamo de estilo tradicional, y pronto, este gigante con pies de barro es seguido con lealtad por mucha gente aunque llevase el ropaje más peregrino del mundo. Pero no hay que asustarse, no será tan grave si no se abren mucho los ojos a este teatrillo repleto de imposturas marciales bajo el "síndrome de espectador", que se traduce en:
   

Katas formativos de gran belleza visual y gran derroche de cualidades físicas, aunque tan rígidos como conducir en ángulos sobre carreteras sinuosas. Esquemáticos y encorsetados por palotes y garabatos, a tiralíneas y a machamartillo. Herramienta muy valiosa para un principiante, y hay que decirlo todo, tanto para adquirir buena FORMA en cotas propedéuticas, como para escayolar mentes de la que ninguna cosa práctica sale viva de ahí.

Técnicas muy atléticas y pregnantes, pero muy superficiales porque usan el máximo dispendio de energía y esfuerzo para el resultado más bello a la vista, que responde al principio maximalista de "más alto, más fuerte, más rápido".

Adaptabilidad en ritmo al oponente que se ha dado la vuelta como la tortilla, para pisar a fondo el acelerador del ritmo de los kata, por el azucarado panorama de los contrastes visuales del nuevo ritmo impuesto, muy remarcado y exagerado para crear simple y llana tensión en el espectador. Todo ello, sazonado con respiración visiblemente sonora para sorprender, Impactos con sonido del brazo reactivo en el propio cuerpo, pisadas estentóreas para simular más fuerza si cabe, y lo que más molesta, las impostaciones de los kiai que tensan tanto las cuerdas vocales, que se podría tocar la bamba con ellas.

Ornamentos que no puede justificar ni la razón lógica ni el sentido común. Y mucho, muchísimo postureo en el espejo tradicional de un bien entrado S.XX donde ya no hay quien dé más.

Hay motivos para concluir que, esa "superficialitis" haya sido el leit motiv de la re-interpretación del karate original al tradicional actual, y que nos haya llegado como un frankestein pasado por una cirugía estética de alta calidad.
    

Pues bien, este método de conocimiento, es el que usa el hombre corriente que se casa con lo superficial como primera información que le llega, de suerte que las demás (informaciones) son concubinas.

No hace falta ser un lince para darse cuenta de que el pensamiento concordante con lo que se ve, no puede ser nunca un pensamiento técnico correcto.
Bien sentado lo anterior, es cordura de artista marcial ir más allá de estos espejismos.

                                                          
Segunda forma de pensar:
PIENSA MAL Y NO ACERTARAS

¿Que ocurre si un pensamiento técnico INCORRECTO, NO se adecua con la una acción técnica CORRECTA que se precie de serlo? ¿Es correcto?

Preguntas que me llevan a tomar una pequeña bifurcación, para dejar claro lo que humildemente entiendo por “PENSAMIENTO INCORRECTO”. Pues entiendo como tal, al pensamiento que no tiene ninguna base lógica ni coherencia para que funcione en la realidad fáctica, lo que se piensa.

Y para que nada falte, debo añadir que “TÉCNICO” es el modelo óptimo de acción que nos permita realizar la máxima eficacia posible con el MINIMO DE ESFUERZO.

Pues bien, ni que decir tiene que si es “INCORRECTO”, y para más inri, NO se adecua con lo que se debe interpretar por “TÉCNICA”, no servirá de nada ese tipo de pensamiento. Creo que sobran explicaciones, pero faltan preguntas que se resumen en una.

¿Le parece demasiado surrealista esta opción para ser real? Pues más común de lo que cabría esperar.

Cuando la transmisión individual, de corazón a corazón “i shin de shin”, de maestro a “uchi-deshi” (alumno interno), paso a la clase grupal, y ciertos conceptos técnicos se tornaron bochornosos y comenzaron a campear a sus anchas. Entonces fue cuando el mundo del karate llamó a la puerta de esta nueva era, y el karate original se fue deshilvanando, con lo que al final de la madeja sólo quedaron los flecos de los ESPEJISMOS DE LA REALIDAD OBSERVABLE. Producto para exportar en una “surprise box” cuadrada, muy cuadrada,
          

La caja de la dependencia “del que sabe” y que sobrevive en los mundos del “hazlo difícil”, en un escenario marcado por más y más katas de lo mismo con una obsolescencia de los detalles, que apesta a pasta.

Todo ello en alas de la filosofía inadaptable del "café para todos", frente al callejón de la intolerancia que conduce al que no esté a gusto a "que se vaya de este pueblo".

También aderezado con el principio maximalista de “más es más”, cuanto más esfuerzo, más mejor. Porque siempre es poco lo que no es demasiado. Como el dinero, sólo demasiado es suficiente.

Un novísimo karate bien elegante, envuelto y sellado con una etiqueta vanguardista que dice: “TRADICION”. Una palabra clave para designar la adhesión humana al "comodismo".

Entonces entramos en escena nosotros y fue cuando inocentemente picamos unos cuantos (un servidor, de los que más pico), porque al abrir la “caja tonta”, saltó del muelle sorpresa un puño que nos pegó una cavernaria trompada en las narices con el troquel frontal que dice “kime”. Concepto resultón que hemos creído a pies juntillas y pensado mal, en el sentido de que “TECNICA” de golpeo eficaz, no es para nada trabar la fuerza al máximo con residual rigidez que impide el cambio sobre la marcha.
Mi abuela me enseño a ser precavido a cuando llevara los huevos no ponerlos todos en la misma cesta por si se rompen, que no rompan todos. Del mismo modo, no debemos poner "todos los guevos" en el mismo golpe. Para que el golpe sea adaptable debe tener una tensión de muelle y un relleno de energía "ki". Menos rigidez muscular y nada de fijación final. Eso es tener “TECNICA”, ser consciente de dominar la praxis del “MENOS ES MÁS”. O sea, lo menos forzado sería lo correcto.

Pero nada de lo que digo es raro en el proceloso mundo de MAYA del karate, porque ya es bien sabido de todos que cuanto más grande es un dogma circense, mas creíble resulta. Aunque… siempre hubo espacio para alguna payasada más, que por cierto, se tornó mastodóntica cuando se confabuló con ciertos elementos granados y floridos de una misma tramoya, que cortocircuitan cualquier análisis racional sobre lo que significa “técnica” en el mundo real.

Ríos de tinta han corrido sobre el giro de la cadera “koshi-kayten”. Potencia visible y audible en acción. Tanto me ha llegado a gustar esta petulancia que, incluso pensé que magnificar el giro de la cadera hacia una potencia aún más notoria, era como conseguir ser mejor, y que cualquier tiempo pasado fuera peor. Por supuesto entrenando más y con más fuerza.
Craso error…no fue así. Lo cierto es que resulta menos eficiente y más arriesgado usar la cadera en potencia, que usar la gravedad y el resorte de activación, como era su función original. El caso es que hemos confundido el uso direccionador de la cadera con el uso generador-impulsor, quizá con el motivo añadido de dar pompa al movimiento. Y…mala cosa porque todas las pompas son fúnebres; y en este caso, la pompa acaba por quemar los cartílagos de la cadera.

Por otro lado, hemos malinterpretado (yo el que más) “fumidashi”; “jiku-ashi”; “do-kyaku”, como error a contrario, es decir, como si fuese algo que minimice los esfuerzos, maximizando la eficacia. Cuando en realidad es la anti-técnica en acción pura, por enfatizar el ESFUERZO de los impulsos como una lucha forzada contra la gravedad, y ser puro veneno para el “combate próximo” que proponen los kata, por la alarma que produce, como visibles pre-avisos en el sistema sensorial del oponente.

¿Y que decir de “hineri-te” y “hikite”, dos iconos que son la firma del karate? En mis tiempos jóvenes, siempre me ha impresionado la sensación de fortaleza estructural que produce a primera vista.

Pero lo cierto es que, las pasmosas explicaciones sobre la instrucción militar que yo mismo he vivido a propósito del “hineri-te”, con el cruce de radio-cubito para reforzar lo que no hace falta, demuestra un desconocimiento total de uno de los conceptos más básicos de los artes marciales: el resorte de activación.
   

Y la abrumadora teoría sobre la analogía de las famosas estrías del cañón que todos conocemos, dejaría sin validez muchas técnicas del karate que carecen de tal torsión. Y no la tienen porque en realidad no se necesita. Una vez aprendido el concepto "resorte", se aplica a todo (internamente) sin necesidad de torsionar de manera visible. Lo que demuestra así que la brillantez intelectual del excelso gigante que sugirió tales explicaciones, y de cuyo nombre no quiero acordarme, es compatible con estar absolutamente equivocado. Y no quiero acordarme por no mancillar al hombre. En cuanto a las ideas, si son erróneas que les den.

Ni que decir tienen las explicaciones del “hikite”. Un toque de elegancia y distinción del karate, re-interpretado insólitamente como motor de arranque de la cadera, y como si no tuviese nada que ver con el “efecto resorte elástico” y “estabilización del sistema estructural”. Que por cierto, no se necesita para nada llevar el puño en ristre, a no ser que se sea un perfecto principiante. Pero aún no siéndolo, la costumbre y oficialidad nos vuelve inconscientes a que deba verificarse, ni mucho menos a desasirse.

¿Y la bellísima perfección geométrica posicional del “dachi”? Cierto es que resulta poderosa a la vista, tanta rigidez estancada sobre dos patas. Y, a mí me ha emocionado durante mucho tiempo. Pero...siendo bueno para los principiantes durante los primeros meses de sólida "instrucción", también me siento obligado a decir que, como lo perfecto es enemigo de lo bueno, tal PERFECCIÓN ESTRUCTURAL que espiga en los patológicos campos de las sobre-dimensiones y las sobre-forzaduras, el atornillamiento y el anclaje, es más frágil y artificioso que el cartón piedra.

¿Y de la sutileza y la suavidad que sugiere todo lo que pretende denominarse técnica?

Na de na, que es menos que nada…

Sabe más fácil el espíritu de interponer fuerza a la fuerza, que yo denomino "noble avantage" o derecho del más fuerte.

Groserías en las cuales también el hombre busca llegar al máximo.

Sabe más fácil la animalidad que motiva a engorilarse y que consiste en que cuando uno pega fuerte, el otro lejos de buscar concordia con la suavidad, armonía, la sutileza del desenraizamiento, del control del ki adverso, da el mate con otro manporro más fuerte si puede o con su defensa “rakka” en apoteosis aún mayor. Cierto es que rakka, siendo lo más usado en el karate educativo, no es la única teoría defensiva, pero no es menos cierto que, todas las demás por muy desviadoras que sean, no saben de la pasividad y usan la fuerza muscular y el imponer la voluntad por la fuerza. Y creo que peor que la fuerza bruta es la voluntad bruta. Por todo ello y por muchas más cosas, me parecen radicales garrulerías que, a estas alturas, rechazo en redondo.

Pero sin acritud…

¡Ehhh! que para opiniones hicieron respetos. Y mis respetos a las personas que lo defienden.
Con las teorías hay que ser implacables en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad mental de las mismas. 

Desde un prisma opuesto, en el término “técnica” debería brillar con luz propia la idea de seguir el camino más fácil que nos lleva a una finalización del oponente con la ergonómica del sin-esfuerzo. Virtuosismo que brilla por su ausencia en todas las "transiciones" y todo concepto relacionado con lo que se podría denominar "postura técnica relativa". Metamorfosis adaptativa que debería conducir al objetivo más estimado por los viejos maestros: la "forma sin forma", a fin de adaptarse con sutileza infinita a todo lo que se presente.

Pues si el hecho de que UN KATA carezca de progresión hacia el objetivo final de cualquier forma: la “forma sin forma”; ya es una perfecta tontuna en sí que nos desacredita. Y las estupideces propuestas en la inmensa mayoría de los "bunkai", lo son hasta una escala sin precedentes. Pero las cosas son como son, porque fueron como fueron, por lo que de esos polvos tenemos estos lodos. Y lo mordaz de la estupidez es que, se te mete dentro y aunque el resto puede verla, uno mismo no.

A lo que íbamos, es que ante la flaca herencia de un karate con katas sin significado, mientras unos se encargaban de recomponer los huevos rotos, apareció paulatinamente la fiebre de los bunkai, sacados de la manga del mal menor de algún campeón de las chifladuras, que le gustó lo de tirar a pichón parado para intentar APLICAR de nuevo, el kata cortesano y quietista. Lo que supone un kata mas irreal todavía que el kata a una persona. Un delirante kata a dos personas, que interpreta el kata a una, en vez de INTERPRETAR al oponente. Y que para decirlo bonito, trata de resolver el “problema de justificar los kata”, con la misma mentalidad forzada y artificiosa con que han sido creados.
Nada que ver con lo que debería ser un kata con un mínimo de sentido...el común.

Detesto ser yo quien lo diga, pero estos pensamientos técnicos incorrectos han sido la semilla de un craso error montado en la inercia de la resignación interpretativa de los estilos chinos, a cargo de los jóvenes japoneses, que acabaron por transformarlo todo en una tortura china.

Un sistema antipersona que raya el peligro mental.

Pero cuando el cedazo que separa el trigo de la paja, no está en buenas manos, puede transformarse en un pandero.

Tercera forma de pensar:
LA SUERTE DEL TONTO

       

Los seres humanos somos seres extremosos que pasamos de una cosa a la contraria, porque la mente sólo entiende las cosas por lo opuesto. Por eso, si una cosa no nos ofrece un conocimiento verdadero, quizá quepa rebuscar en lo contrario. Lo que me lleva a otra proverbial pregunta.

¿Que ocurre si un pensamiento técnico INCORRECTO, se adecua con la acción técnica CORRECTA? ¿Es correcto?

Pues bien, sigue siendo mi estudio argumentativo personal, pero creo que un pensamiento tampoco es correcto cuando por medios incorrectos hace llegar a conclusiones acertadas, incluso aunque sea concebido de conformidad con el objeto real. O sea, que aunque al burro le suene la flauta, no es motivo para argüir que sabe tocar, ni mucho menos que sabe música. Por ejemplo, un loco que se imagine y diga en plena tormenta que está lloviendo, si realmente llueve pero el no lo sabe, ha alcanzado el éxito de un fracaso.

La suerte del tonto.

Pero la suerte del tonto tiene las patas muy cortas porque, con carácter inmediato, las cosas dejarán de encajar con las demás. Por tanto, tampoco se llega así a un pensamiento correcto, y por extensión, tampoco a un pensamiento técnico adecuado.

Pensando podríamos llegar, por casualidad o porque nos lo dijo un pajarito, a la aseveración que se me ocurre a brocha gorda, de que un giro de la cadera en el karate, direcciona la fuerza en vez de generarla (lo cual es verdad) pero no sabríamos porque, ni como. Palidecería bajo los anteojos de la poderosa incongruencia al no poder relacionarlo ni con la caída interna gravitatoria, el resorte de activación, ni con otros factores implicados que aunque someramente, expondré más adelante.

Por ende, el pensamiento discordante con la realidad pero que acierta, tampoco es un pensamiento correcto que nos permita comprender, aprender y progresar.

Pero queda por lo menos otra alternativa, la más viable.


Cuarta forma de pensar:
NO BASTA CON PENSAR, HAY QUE PENSAR EN ALGO 

Pensar en algo coherente.

Pensar con lógica.

En los mundos interiores grandes, donde se visualizan, ensayan y construyen los sistemas coherentes, se experimenta la lógica.

La coherencia de una lógica es un buen punto de partida para un conocimiento fiable.

Salta a la vista por razones fáciles de comprender, que si un científico concibe una ingeniosa máquina que funciona, ese pensamiento “”per se” sobre dicha maquina será COHERENTE, aunque no exista dicha máquina. O sea, que en principio no se necesita observar la existencia de algo, para saber que es una "veritas" coherente.

Y lleva una ventaja la coherencia, que es eterna.

La coherencia es lo correcto.

Siguiendo esta línea argumental se desprende que, para saber si un pensamiento técnico es correcto, no hace falta pues, fijarse en otra cosa que en el pensamiento mismo.

En su lógica aplastante.

En la verdad incuestionable que se descubre desde dentro.

Desde la extraña belleza del interior.

Hagamos entonces un viaje al interior del karate.

Daré ahora una pincelada de pensamiento correcto donde cabe la sencillez y el ingenio del arte.

En un lugar donde la naturaleza de la mente es ser serena y abierta. Y la del cuerpo fluido y relajado, entraremos en visualización sublime de comprensión oceánica, donde campea en juego el estado más maravilloso del cuerpo: la coherencia del funcionamiento del sistema dinámico físico interno.

Pues bien, como dice la sabiduría original del arte marcial chino y por extensión al karate lo que le toca, obviaremos las interpretaciones empíricas y comenzaremos a pensar en "aguas más insondables":

                                            
SER como una esfera que gira, torsiona, cambia y varía.

TENER la consistencia de una bolsa de agua.

El hombre es un espacio vacío y libre de ser llenado de todas las formas sin forma.

El cuerpo fluido es un medio perfecto para que la vibración energética lo penetre.

La mente desapegada, puede abrazar los movimientos sin pensar y sin forzar.

Uno de los objetivos del karate original, es crear espacios interiores a base de dejar de resistir, de rendirse al relax, para que las ondas de impacto que afloran del "dan-tien", viajen hacia el suelo en favor de la caída interna gravitatoria por un cuerpo en relax activo.

El otro es que se propagarán exhuberantes desde el suelo, en efecto rebote elástico, por un cuerpo tan ligero como la brisa que vibra con la dispersión ascendente de la caída interna.

Pero hay más.

Las vibraciones de impacto se amplifican en relación simbiótica con el resorte elástico de activación. Una especie de catapulta de ballesta que acumula la energía antes de emitirla. Actuando con la hermosura sublime de un disparador automático que se aúna a la masa reforzada de todo el cuerpo integrado pero suelto, como si se gozase del beneficio de miles de esferas rodantes.

La maña consiste en mantener el cuerpo fluido como el agua y la cadera en función flotante como una boya en el líquido elemento.

Para lo cual, es imprescindible, visualizar hasta la somatización, el "shoshuten" (orbita microcósmica) ascendente, que con movimiento peristáltico de sutileza infinita, sube como una sabia nueva llena de vida y suspende la cabeza como de un hilo fino, y gracias al circuito descendente que fluye como un delgado haz de luz, permitirse colgar como si de un péndulo se tratase.

Todo lo anterior nos conduce al equilibrio central, estando de pie, no como un poste, sino como una brizna de hierba, siempre en actitud de descanso apoyado en el esqueleto, unido a la vida intima y secreta del eje central que es necesario proteger, sobre el que la balanza corporal produce el efecto acuático de la flotación sin oponerse a nada.

Y en sentido paralelo, los pies con efecto raíz, aseguran el terreno y contienen la gravitación como una descarga hidráulica que permite el paso seguro, y levitar la otra pierna en "paso vacío", sin necesidad de ajustar el centro de gravedad. Eso es TECNICA por antonomasia.

Siguiendo el hilo argumental, muchas técnicas unidas en una estructura con personalidad, conforman una red líquida de movimiento, que no son más que el vacío entre técnicas formales y conceptos funcionales. Es lo que se denomina KATA. Dichas técnicas, por no tener un camino fijo, se dicen “técnicas relativas” y expresan más, conceptos que movimientos, porque en lo que se refiere a movimiento, no son más que ondas flageliformes de propagación que provienen de la órbita macrocósmica, optimizando así el movimiento natural y alcanzando su climax en el relleno de los brazos y piernas de gran poder. Un poder que acaba por ser refinado en un micro-instante hacia conceptos prácticos como desbordar, rebotar, inflar-desinflar, penetrar, percutar, etc...

A este escurridizo "KI" circulante que discurre estimulante y euforizante, como el agua que anda entre rocas desnudas y rellena las posturas de los KATA, habrá que abrirse a las visualizaciones oportunas que nos invitan a ceder, neutralizar, guiar, controlar, emitir y seguir la fuerza del oponente en todo momento, para fluir como una danza de energía en experiencias de éxito y armonía.

Concomitante todo ello por cierto, a un juego de lucha-combate (TEGUMI), donde al no haber resistencia a la energía del otro, esa no tiene nada contra lo que actuar. Sería como actuar contra el vacío.

Un juego fácil de sensibilidad a sensibilidad, de “energía ki” a “energía ki”, de “corazón a corazón” que torna imposible cualquier enseñanza colectiva.

Una danza sensible, ingeniosa y sutil que fluye dinámica.

Un contraste con la serena quietud interior y que afina el hiper-sensible órgano interno de la percepción hasta límites de sutileza insondable.

Y por último, entender y comprender la decodificación lógica de los conceptos internos que presenta cada maniobra de un kata, para interpretar al oponente, siempre en perfecta sintonía con el oponente, actuando en el ángulo de menor resistencia con resilencia-elástica sin fin, como cuando dos cursos de agua que convergen saben estar en comunión.

                                            

Haciendo así las cosas en flujo dinámico por fuera, mientras permanece en el interior un centro de mansa quietud, sin desear ni rechazar nada, para lo que se necesita una actitud zen, una mente meditativa en sosiego que lo refleja todo y no atrapa nada.

Nada de lo dicho es externo ni visible.

Se descubre tirando de la rienda de la mente introspectiva coherente

La diferencia entre mirar y ver, entre conocer un movimiento de karate y descubrir la enseñanza secreta que se revela internamente, es el corazón del asunto. Eso... es OKUDEN.

La finalidad del arte no es gustar a los sentidos; el gusto no es un fin, es un medio. La finalidad del arte es elevar. Eso... es OKUDEN.

La lucidez con que las cosas vagas se descubren e interpretan como el corazón del asunto…es OKUDEN.

Por debajo de lo que se deja ver a simple vista, existe todo un mundo de ADMIRACION que corresponde a la mente y al sentimiento profundo. Eso... es OKUDEN.

Mucha inspiración con lógica.

Mucha visualización y sentimiento.

Mucha presencia de mente y menos del cuerpo.

Por eso se dice que, los sueños son el material del que está hecho un kata.

Todo lo anterior explica mal que bien, lo que es “PENSAMIENTO CORRECTO” imprescindible para la cosmovisión comprensiva fidedigna y evolución profunda en un arte marcial.

Pero aún así, queda un tramo por recorrer. El de la comprobación, pues así como nunca me he sobreestimado; jamás hubiera osado someter las verdades (que son siempre relativas) al universo que crece en el interior de mi cabeza, por muy acertado que este sea. Y por mucho que se ajuste a la realidad práctica.

Pero eso es harina de otro costal.

MENTE EN LAS ESTRELLAS, PIES EN EL SUELO

                                             

Los pensamientos incontestables, los de lógica aplastante y sentimiento profundo, son correctos, adecuados y razonables.

Pero después y para que nada falte, son aún más verdaderos cuando además de verosímiles son también verídicos porque han pasado la prueba de las labores de campo.

Sin este último paso seguiría incompleto, o mejor dicho, no se ha dado ni un paso en el sentido del karate.

A lo mejor, sí que se ha dado en lo adecuado de los conceptos, a la lógica; pero no se ha dado ni un solo paso a favor del karate, sobre todo si dichos conceptos técnicos no se fundamentaran en la experimentación correcta, en el TEGUMI. Y después, en consultar la pequeña luz parpadeante de la penumbra original del karate.

O sea que, en concomitancia habría que comprobar en la práctica lo que es lógico y funcional DENTRO DEL ÁMBITO DEL KARATE. No de cualquier ámbito. Porque si bien es cierto que hay que tener la mente abierta, no hay que tenerla tanto como para que todas las ideas de cualquier estilo marcial, entren y se mezclen.

Rastrear los estilos originales, comprobando que es correcto.

Corroborar que la terminología antigua corresponde con los fundamentos que hemos integrado.

En definitiva, guiarse por las enseñanzas secretas del pasado, y para ello habrá que ir a los sistemas okinawenses.

Pero como de esa época casi todo ha sido perdido…no se a otros, pero a mí me ha sido necesario ir todavía un poco más allá de la nebulosa de los sistemas okinawenses.

Exactamente al karate "chino" (si se puede llamar así).

Así es como he llegado a estudiar, hasta donde el limitado tiempo humano me ha permitido, los sistemas chinos, donde los gigantescos maestros del pasado han sugerido en sus mensajes herméticos los conceptos -OKUDEN- que son el alma de lo visible, que dan sentido a la técnica y a los kata, que siempre han estado ahí en aras de atender fielmente el altar de verdades incontrovertibles.

NO HAY REMEDIO

En principio no.

La realidad es la que es. Y lo que queremos, a menudo, es otra cosa.

Y suele pasar mucho tiempo hasta que nos damos cuenta de lo que ES y lo que QUEREMOS.

Siempre quise saber karate. Después me percaté de que debería haber sido más específico.

Deposité toda mi confianza en lo que me vendieron, hasta que me di cuenta de que para nada coincidía con lo que quería. Y entonces aprendí que, confianza en una creencia es lo que se tiene hasta estar mejor informado.

Me enseñaron una tradición, cuando en realidad quería aprender algo inteligente.

Nada tengo en contra de las tradiciones que nos sobrevuelan por doquier. En principio no son malas. Las teorías, como las cosas, no son malas en sí. Lo verdaderamente malo es el mal uso que se haga de ellas. Y lo bueno es extraer la parte buena que puedan tener.

Y toda cosa tiene su lado bueno.

Las tradiciones tienen su lado conveniente.

Pero la cuestión no es: ser “conveniente” o “inconveniente”.

Ser o no ser capaz, llegado el momento, de redimirse de la sujeción a estandares adocenados, es la cuestión.

Ser o no ser prudente en esas prácticas que descargan sobre el furor de su acción dramática, el peso de su insipidez, es la cuestión.

Ser o no ser capaz de desasirse del domeñado, antes de que cristalice por la costumbre, es la cuestión.

Y como de los escarmentados nacen los advertidos, y de los advertidos nacen los prevenidos, me siento obligado a decir que hay que curarse en salud, mirándolas de reojo y entrecerrando un poco los ojos. Porque no siendo malo todo, a veces son como las salchichas, que es mejor no ver como se hicieron. Y… ¡¡¡no se te ocurra preguntar por la eficacia de vivir presos en su práctica!!! Porque alguien será capaz de decírtelo. Y no le preguntes como se consigue, porque te contará todos los detalles.

   

Por el contrario, me parece que es bueno, LLEGADO EL MOMENTO, pensar, investigar, comprobar...ir más allá.

Apartar filias y fobias, aceptar lo que es útil y despreciar lo que es inútil o dañino.

Pero dicho despreciar, debe ser de modo que despreciar no cause desagrado. Nunca me creí superior al desprecio. Incluso he llegado a comprender hace poco que, el arte del "desprecio noble" está en eso.

Y no digo que no valga para el nivel adocenado, porque no hay cosa que no tenga algo bueno, y entre cien defectos hemos topado con una virtud que se le cayó a la fortuna, el beneficio de ser entendido por quien no sabe, porque se le ha de hablar a cada cual en su idioma, y los sistemas tradicionales que extienden sus tentáculos hasta la competición de kata, son muy loables para quien necesite ese nivel de comprensión. Por eso NUNCA ESAS VERDADES SON TRISTES. No son tristes, pero cuando se está enganchado al redil tradicional, ocurre como con el perro viejo, que es difícil que aprenda trucos nuevos. Y dar explicaciones sería como barrer el desierto con un cepillo de dientes, porque los “maestros” no las necesitan, los enemigos no las creen y los estúpidos no las entienden. Por eso no lo tiene. NO TIENE REMEDIO.

¿O sí?

No se…

Igual tiene algún remedio…

Depende de LOS QUE SABEN. Del mensaje que se deje al mundo, más allá de los baluartes de los costumbrismos disparatados que siempre navegan el mismo mar, el de las "trampas de ilusión". Unos, los menos, arrastrados por la marea del disimulo con los demás y en privado hago lo que debo; y otros por corrientes que nos arrastran entre dogmáticos, profetas y maestros tan encumbrados que casi excretan mármol.

Y en lo que se refiere a la responsabilidad, sea de una vez por todas que, dejemos de mirar para otro lado y no decir siquiera ni esta boca es mía. Porque…

Por muy de bozal que se sea, no es posible no comunicar.

El silencio también habla.

Al silencio no le interesa descubrir el lado malo, porque es alto el riesgo que sacuda el sentido común allí donde campea el engaño.

Por eso el silencio también engaña.

Y juega…vaya que si juega, pero en equipos contrarios.

Y por eso…

NO ME ALARMA TANTO
EL ADOCENAMIENTO DE LOS 
PROFANOS,
SINO EL ESPANTOSO
SILENCIO DE LOS 
QUE SABEN.


Es cordura de bien no rendirse, aunque largo y escabroso es el camino que va de la oscuridad a la luz, que aún estando muy por encima de mí inteligencia, creo atisbarlo suficientemente bien como para explicarlo con meridiana claridad, e incluso simplificar lo dicho a tenor de cuatro sencillos pasos, más normales que la verde hierba del norte:

CUESTIONAR las tradiciones impuestas.

PENSAR por uno mismo.

EXPERIMENTAR los descubrimientos.

RASTREAR las pruebas allá donde nos lleven.

Y para cerrar el panorama, subrayo lo que me parece más extraordinario:

En base al misterio que aquí desarrollo…llama la atención como "buscadores de la verdad" 
llegaron contra todo pronóstico y bajo la sempervirente 
oposición silenciosa de una mayoría, a conclusiones similares, 
en diferentes partes del globo. 
Manteniendo de alguna manera, 
viva la humilde llama, 
que palpita en el interior de 
las enseñanzas 
más herméticas del arte.
Lo cual no es motivo 
para no seguir sorprendiéndose.
Artículo Original de Félix Bargados